viernes, 23 de agosto de 2013

Fiesta Barroca




   Elora nunca habia ido a un baile,llevaba una aburrida vida de funcionaria. A las 8 en el trabajo, a las 4 en casa , toda la tarde con las tareas domésticas y si llamaba alguna amiga, salia a tomar una cerveza, luego a casa, cena, algo de zapping y a dormir... y así transcurrian las semanas.



El fin de semana no era mejor,como mucho una visita rápida al super y a casa a seguir limpiando...


Como le aburria esta vida!, donde quedaron todas las ilusiones de los 20 años?...
   los únicos momentos en los que Elora era completamente feliz consistian en su paso por la biblioteca municipal que afortunadamente estaba en su misma calle.

   Ella recorría el breve camino desde su casa casi todas las tardes y era un placer muy especial el que sentía cuando volvía a ver de nuevo esos miles de libros gastados por el tiempo y el uso.




   Se sumergia en la lectura de relatos antiguos y se convertía por unas horas en princesa  o guerrera ,en amazona o en monja, siempre era algo diferente.

Pero aquel día, algo iba a cambiar para siempre en la vida de Elora.

Llegó a la biblioteca un poco más tarde de lo habitual, no entendia todavia porqué el empleado de correos la habia tenido esperando casi media hora para darle el puñetero paquete, pero porfin allí estaba e iba a aprovechar el tiempo al máximo.




Comenzó a ojear unos libros que le parecieron interesantes y al devolverlos a la estanteria, algo llamó su atención, era un libro no muy grande, con las tapas doradas que parecía que le estaba llamando.

   Elora sintió que su mente  no podía dar instrucciones a su cuerpo y vió como su mano en un mvimiento totalmente ajeno a su volucntad, cogia el libro de la estantería y lo abria por una página marcada...




Enseguida cayó en trance, era incapaz de mover sus músculos y su cabeza de las páginas de ese libro que poco a poco la iba absorbiendo hasta meterla dentro de un ambiente palaciego...



  Se vió en un baile de máscaras iluminada por la luna llena, con un vestido rojo y oro que caia como un suspiro rodeando sus diminutos pies. A su lado un hombre, con casaca dorada y máscara, que la sacaba a bailar...

   Elora estuvo toda la noche danzando en los brazos de aquel extraño de sonrisa enigmática y cuerpo de infarto. Estaba subyugada, reia como una loca, como si no hubiese mañana, como si todo pudiese concentrarse en un solo instante, aquel en el que el desconocido le dió su primer beso...




Ella se asustó y corrió a través del salón, sorteando personas enmascaradas que la miraban con asombro.
Sentía su corazón cabalgar desbocado, nadie en su vida la había hecho sentir así...





Llegó a un prado, semioculto entre la espesura del bosque y se refugió a los pies de un árbol centenario, era incapaz de discernir entre el sueño y la realidad. 

Cerró los ojos un momento y como si de una partitura se tratase, volvió a sonar la música de nuevo, pero esta vez de diferente manera.





Alguien la llamaba desde muy lejos.

  Entre las sombras del sueño, Elora pudo ver una cara afable y unas gafas de pasta, era el bibliotecario nuevo que le preguntaba si se encontraba bien, ¡Dios mio que verguenza!





Ella salió a trompicones de la biblioteca, sin darse cuenta de nada, alguien la estaba llamando de nuevo, "señorita, señorita!!".

Volvió su cabeza y pudo distinguir al joven bibliotecario que la alcanzaba y le daba algo, "se ha dejado usted esto..." le dijo, entregándole el libro dorado.




Elora, todavía atontada, lo cogió y dió las gracias apresuradamente, echándose a correr muerta de verguenza, no sin antes ver la sonrisa del hombre...





En ese momento, algo hizo clik en su cerebro y la noche se iluminó. 
Cogió con fuerza el libro y lo apretó contra su pecho, no tenía prisa, ya no, ... él la esperaria durante toda la Eternidad.








Bss