lunes, 2 de septiembre de 2013

Allá dondes estes...





   Se quedó huérfano de madre a los 9 años y de padre a los 12. Su vida no fué fácil, eran 10 hermanos que tuvieron que crecer en la calle, sin el afecto de unos padres que les dejaron demasiado pronto.

   Alfonso se hizo mayor en muy poco tiempo y se buscó la vida como pudo. Un día , hace casi 11 años, apareció en mi vida ... y un año despues, nacia nuestra hija Lucía, el mayor regalo que jamás me habían hecho.

   Pasó el tiempo y Alfonso, que nunca paró mucho en ningún lugar, se marchó a vivir otra vida, pero siempre estuvo cerca de su hija a la que amaba más que a si mismo.

   Siempre fuimos amigos, a pesar de todo, yo lo quería y lo cuidaba como a un ser muy cercano, era mi familia.

   Hace un mes, despues de la comunión de nuestra hija, comenzó a sentirse mal, le dolía terriblemente el estómago y el trabajo que acababa de empezar, de gran esfuerzo físico, tampoco ayudó mucho.

   Yo insistí para que fuese al hospital, yo misma lo llevé...el diagnóstico fué abrumador, Alfonso tenía esa asquerosa enfermedad mortal  y durante tres semanas luchó contra la muerte, y yo a su lado , peleando con él, sabiendo que no podíamos ganar pero rezando a todas horas y pidiéndole a Dios que hiciese el milagro.

   El día 14 de agosto, Alfonso murió, presentando batalla hasta el final y a mi me quedó un vacio tan grande... y la responsabilidad de decirle a mi hija que ya no volvería jamás a ver a su padre, al que adoraba.


   Alfonso fué un padre maravilloso, jamás he conocido a alguien tan generoso como él y tan entregado a los que amaba. Me siento feliz de haber formado parte de su vida y me quedo con lo más puro y hermoso que jamás tuvo, con nuestra hija, que tiene su mismo corazón.

   Alfonso ,guardo tu alma junto a la mía y rezo a Dios para que te reciba como mereces, porque si lo que cuenta al final es el Amor que damos y el que nos llevamos, seguro que estarás muy cerca de él.