Viaje a través del tiempo
Un viaje que comienza a las 8.00 de la mañana en Zaragoza, un sábado cualquiera
Todo el mundo hablaba de la Toscana española, de la Comarca del Matarraña y yo, sin conocerla.
A pesar de que estamos muy cerca, pues es provincia de Teruel y escasamente nos separan dos horas de viaje en coche .
Cosas del destino, este era un viaje que queríamos hacer entre amigas, así surgió la idea y la oportunidad. Nieves cumplia años y queríamos darle la sorpresa de compartir un fin de semana juntas
Nuestra primera parada fué Calaceite , a dos horas escasas de Zaragoza . Yo había pasado muchas veces por allí de camino a la playa y cuando mi amiga dijo que podíamos comenzar la visita, la verdad es que me sorprendí pues siempre parábamos en la carretera, en un bar horroroso y no me apetecía repetir experiencia.
Bajamos del coche y subimos la cuesta... wauuuu, que pasada de pueblo!. Ante mis ojos aparecieron casas. cuestas, mas cuestas...jajaja, pero también un pueblo con un ambiente increible, como si estuviese en otro lugar
Aquí teneis unas fotos del pueblo para echar un vistazo y decidir vosotros mismos.
Estas fotos de Calaceite , las he cogido de este magnífico blog.
En la misma plaza de Calaceite, el Hotel Sitjar, una maravilla, para perderse y sumerjirse en un hotel de las mil y una noches.
Cretas fué nuestra segunda parada y fué más de lo mismo, calles empinadas, arcos góticos, iglesia, plaza porticada...
Y llegamos a Valderrobres, el pueblo más grande y cabecera de comarca.
Cuando te pones delante de ese puente de piedra y contemplas el pueblo a través del arco... entonces parece que vas a entrar en Volterra, en plena Toscana.
Allí visitamos el castillo y la iglesia. En el castillo hay una persona muy especial, el chico que está en la recepción y con el cual estuve hablando rato y rato, mientras mis amigas esperaban las pobres, acostumbradas a que me olvide del mundo cuando estoy hablando con alguien que sabe tanto de su comarca y siente tanta pasión por su trabajo
Nos contó historias superinteresantes y nos descubrió rincones de la comarca que ni siquiera pensé que existian.
Un castillo magnífico, cálido y con la sensación de que todavía seguian habitándolo... habria fantasmas??...
De Valderrobres pasamos a Beceite y aquí teníamos dos opciones,ir a las pozas de la Pesquera o tirar para El Parrizal.
Como no somos grandes andarinas y ya hacia calorcito, decidimos la primera opción, pues además llevábamos picnic para comer.
Las pozas estan superbien organizadas. A la entrada, un señor te para y te da un plazo del recorrido, donde vienen perfectamente ubicadas las 15 pozas que hay y el sitio que tienen para aparcar, que pueden ser 4,5,6 o 10 plazas.
Bueno, pues tu pagas 3 euros por vehículo y te toman nota de la matrícula y del número de ocupantes,luego pasas y aunque el camino es estrechísimo ( apenas caben dos coches) si vas despacio y con cuidado no hay problema.
Llegas a la primera poza, y si está llena de coches, tienes que seguir hasta la siguiente por narices, claro.
Nosotras solo llegamos a la tercera donde había un hueco y ya no quisimos arriesgarnos mas,
La bajada está cerca y es fácil, así que allí nos fuimos con nuestra cesta de picnic y comimos a la orilla del río .Luego nos acercamos río arriba para ver las siguientes pozas que eran estupendas también y así pasamos unas horas.
El agua estaba muy clara y estupenda y el paisaje maravilloso. Cuando entran un número determinado de coches, ya no dejan entrar mas, así que nunca está masificado.
Les doy un 10 por la organización.
A la salida vimos el pueblo, la verdad que dimos la vuelta un poquito deprisa pues hacía un calor insoportable y estábamos agotadas.
Llegamos a La Fresneda, donde nos íbamos a alojar. Un pueblo precioso y lleno de encanto.
El alojamiento elegido fué la Fonda La Grancha, el sueño de un matrimonio zaragozano que hace 5 años se liaron la manta a la cabeza ( como decimos por aquí) y se marcharon a La Fresneda para hacer realidad un sueño.
Los alojamientos en toda esta zona son muy acogedores y están cuidados al máximo, con muchos detalles que hacen que la estancia del viajero sea inolvidable.
Nosotras desayunamos en esta maravillosa terraza y os puedo asegurar que estuvo genial , café, zumo de naranja, pan recien tostado, mantequilla, mermeladas, embutidos y aceite de la zona ... lo que no sé todavía es como nos pudimos mover de allí, madre mia, lo que comimos!
Para bajar el desayuno, nos dedicamos a ver el pueblo pues la tarde anterior estábamos tan cansadas que no hubo oportunidad
.
La Fresneda es un pueblo que sorprende, por lo bien cuidados que están sus edificios, todos ellos de piedra guardando una estética maravillosa.
Nos encontramos allí con el restaurante más valorado de la zona, El Matarraña, que nos lo apuntamos para la siguiente visita.
También teneis en el mismo pueblo, otro alojamiento con muchísimo encanto, El Convent,
(imágenes cogidas de internet)
Yo había leido alguna cosa sobre la zona y me apetecia ver el Hotel de La Parada del Compte, así que como estaba muy cerca el pueblo, nos acercamos y lo visitamos, también tienen unas piscinas estupendas para darte un bañito por 2.50 euros que no está nada mal si quieres hacer un break o comer.
El hotel está un poco alejado pero merece la pena echar un vistazo, las pintas eran estupendas.
Llegamos y hubo algo que nos extrañó, estaba como abandonado, aunque los aspersores hacian su trabajo... pero no era normal no ver a nadie por allí y la piscina muy descuidada y con tierra, en un hotel de cuatro estrellas. Parece ser que estaba cerrado y fué una lástima, porque es un hotel hecho en una antigua estación de ferrocarril y tiene muchísimo encanto en plena via verde del Zafran
.
Nuestra siguiente etapa fué Fuentespalda, donde dimos una vueltecita y nos dejamos lo mejor para el siguiente viaje.
La coveta del Aigua, una cueva de estalagtitas a la salida del pueblo.
La coveta del Aigua, una cueva de estalagtitas a la salida del pueblo.
Solo se puede visitar en visita concertada, ahora en verano creo que los horarios son a las 12 y a las 6 de la tarde y lo organizan desde Valderrobres, una oficina de turismo de multiaventura que está ubicada en la plaza mayor. El precio son 6 euros y por tiempo no pudimos ir, pero me lo guardo para el siguiente fin de semana.
No os he dicho que una de las mejores cosas que tiene El Matarraña es que los pueblos estan muy cerca unos de otros, 5,6,10 km los separan, con lo cual ni siquiera da pereza el ponerte en marcha pues llegas enseguida.
Así que nos fuimos hacia Peñarroya de Tastavins donde pensábamos comer y allí nos encontramos con un monasterio que nos habían recomendado, el monasterio Virgen de la Fuente que está a la entrada y actualmente es hospederia, con un claustro precioso y una capilla que pudimos visitar, donde el artesonado del techo es lo que llama la atención. También la ermita que está pegada al monasterio se puede visitar .
Os he dejado el enlace de un blog donde habla del pueblo que me parece cuando menos, entretenido.
Preguntamos si podíamos visitar los alojamientos y una chica encantadora nos dió todo tipo de facilidades. Las habitaciones eran estupendas y el precio, muy razonable, 85 euros en verano ( para la próxima). Nos comentó que cuando llega la noche, cierran las puertas y los huéspedes pueden disfrutar del magnífico claustro para ellos solos, todo un lujo.
Que me decís, tiene buenas pintas o no?
Como estábamos tan a gusto, nos quedamos a comer, pero desgraciadamente la comida no tenia nada que ver con el entorno, una lástima, pero así nos da pié para descubrir algo mas interesante, no?
Después de comer nos fuimos a visitar la sede que tiene Dinópolis en Peñarroya y allí vimos el magnífico tastavinsaurio, cuyo nombre es porque fué descubierto allí mismo. Mide 19 metros y es impresionante, así como la explicación de la guia, una mujer estupenda a la que le encanta su pueblo y no deja de contarnos las maravillas que podemos ver .
Casi nos convence de subir a verlo, a las 4 de la tarde y a pleno sol, así de buena era, jajajaja!, pero al final reinó el sentido común y lo dejamos para una siguiente visita, auqnue lo del museo de la vivienda, que luego estuve investigando y fué un proyecto de escuelas-taller de construcción, donde hicieron las viviendas desde la prehistoria hasta .... y hechas de verdad!. También nos habló de un museo etnológico fabuloso.... ayyy que ganas de volver!!
Pusimos rumbo hacia Zaragoza pues el fin de semana tocaba a su fin, pero antes y apurando un poco más, las convencí para que visitásemos Monrroyo y el hotel de La Cosolación, un concepto vanguardista y muy novedoso.
Adosado a una ermita con mucho encanto, está la parte principal del hotel, la recepcion y zonas comunes y luego desperdigadas entre la vegetación, cubos de 36 m. donde los huéspedes se alojan, supermodernos con cristaleras que ocupan toda la pared y bañeras de pizarra, todo un lujo que pudimos visitar.
Y con dolor de mi corazón, nos dejamos Ráfales sin ver, donde está este alojamiento estupendo, EL Moli del Hereu que desde luego merece una visita, sinó juzgad vosotros mismos...
Así volvimos a Zaragoza, cansadas pero contentas por el estupendo fin de semana que habíamos pasado. Con ganas de volver.
Ya estamos preparando el próximo que será... El Maestrazgo, no os lo perdais!
Bss